Autoras:
Ana Fernández González
Sonia Fernández González
María Vanessa Margolles Garrido
Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria suponen una tremenda carga de enfermedad y tienen un importante impacto económico en los pacientes y los sistemas sanitarios de todo el mundo. Pero una buena higiene de las manos, la sencilla tarea de limpiarse las manos en el momento apropiado y de la manera adecuada, puede salvar vidas.
La higiene de manos es una medida muy eficiente para la prevención y control de infecciones, sobre todo en el entorno hospitalario, al estar en contacto con personas o pacientes enfermos. Las manos son un medio de propagación de agentes patógenos, ya sea por contacto directo con el paciente, o bien indirectamente tocando o manipulando objetos contaminados.
El objetivo de esta comunicación es determinar la importancia de una correcta higiene de manos por parte de todos los profesionales que trabajan en un entorno hospitalario, desde el auxiliar administrativo que registra su ingreso, pasando por el celador que lo acompaña y traslada, hasta el último profesional sanitario que lo cuida y trata, para prevenir la transmisión de microorganismos del personal a los pacientes y viceversa.
Para ello, llevamos a cabo una búsqueda en las siguientes bases de datos: Google, Google Scholar, SciELO, Cochrane con los descriptores “higiene de manos”, “lavado de manos”, “infecciones nosocomiales”, “infecciones hospitalarias”. Las referencias seleccionadas se han analizado según la siguiente sistemática: lectura de la página web o resumen, reflexión sobre el contenido y su relación con nuestro objeto de estudio, lectura completa y selección de datos relevantes y posterior decisión de inclusión en nuestro estudio.
Consideramos los siguientes criterios de inclusión: artículos que hagan referencia a la higiene de manos y/o infecciones adquiridas en entornos hospitalarios en el título del estudio, en el resumen o en las palabras clave, referencias a partir de 2010 y aquellas páginas web directamente relacionados con nuestro criterio de estudio. Los criterios de exclusión fueron: artículos anteriores al año 2010, información duplicada.
Con el adecuado y efectivo lavado de manos por parte de todo el personal sanitario y no sanitario se disminuirán las infecciones intrahospitalarias y su transmisión.
Con relación al lavado de manos, que no es otra cosa que el acto de limpiarlas para reducir la carga bacteriana de las mismas, podemos hablar de diferentes alternativas como son: lavado de manos con agua y jabón; lavado de manos con agua y jabón antimicrobiano; fricción alcohólica de las manos con preparados de base alcohólica; lavado de manos con antisépticos de efecto residual (lavado quirúrgico).
Es fundamental que todas aquellas personas que trabajan en hospitales o centros sanitarios conozcan y sepan de la importancia del lavado de manos como una práctica segura para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas a los pacientes o al propio personal .Se precisaría una formación inicial para educar sobre las actividades de su práctica diaria que pueden ocasionar una contaminación y por otra parte también una formación sobre los diferentes métodos usados, todo ello mediante programas diseñados para lograr instaurar el lavado de manos como un hábito
Hay cinco momentos que el personal de la salud debe tener en cuenta respecto a la higiene de manos:
- Antes de tener contacto directo con el paciente
- Antes de efectuar una maniobra estéril o manejar un instrumento invasivo precedido del uso de guantes.
- Después de haber estado en contacto con algún tipo de secreción o fluido corporal.
- Después de haber estado en contacto con el paciente.
- Después de haber estado en contacto con que rodea al paciente
De esta forma con la higiene de manos, se consiguen dos cosas fundamentales: la de proteger al paciente y al trabajador sanitario. Es por ello que esta técnica se debe de realizar en dos instantes, antes y después de la atención al paciente. La indicación de antes es cuando hay un riesgo de contagio de microorganismos patógenos al paciente, por lo que se protege fundamentalmente al enfermo. La indicación de después es cuando hay un riesgo de contagio de microorganismos patógenos al trabajador, con esta medida se protege al trabajador. Esto se puede evitar siguiendo las buenas guías donde se indica cómo debe de realizarse una correcta higiene de manos antes y después de atender al paciente y también una buena desinfección del entorno de trabajo.
En conclusión, todo profesional o dispensador de servicios de atención sanitaria, o cualquier persona que participe directa o indirectamente en la atención a un paciente, debe mantener la higiene de sus manos y saber cómo hacerlo correctamente en el momento adecuado.
Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria, conllevan consecuencias de gravedad ya que con su aparición aumentan las tasas de mortalidad y morbilidad en la población, aumenta el tiempo de hospitalización de los pacientes infectados y provocan elevados costes no solo a nivel económico sino también social y, por ello, es un problema muy importante de salud pública. La mayoría de la transmisión de estas infecciones guarda relación con la suciedad que se transmite a través de las manos. Se ha demostrado a través de la historia médica que, si se realizara un lavado de manos correcto, las infecciones disminuirían considerablemente, sin embargo también se constata que el grado de cumplimiento de esta técnica por parte del personal sanitario no se realiza con la frecuencia necesaria, en ocasiones por desconocimiento de la técnica adecuada, en otros casos por falta de tiempo o por no darle la importancia tan grande que conlleva el uso de la misma.
Los profesionales del área de la salud tienen la obligación de instaurar en su práctica diaria el lavado de manos en los cinco pasos que se recomiendan, ya que sin la integración de esta técnica por parte de quien presta atención al paciente la calidad del servicio será considerado no solo negativo sino también negligente ya que se pone en riesgo la seguridad del paciente.
Es preciso un enfoque multidisciplinar con varias actuaciones entre las que se encuentran la educación de todo el personal sanitario, motivando esta práctica en su trabajo diario. En definitiva, se trata de promover unos protocolos de actuación claros proporcionando al personal sanitario los medios adecuados para que la transmisión de infecciones nosocomiales disminuya al realizar un lavado de manos efectivo que no solo evite muertes sino también evite el importante gasto sanitario que acarrea.