Autora:
Eva Puente Bardón
Introducción
La gran magnitud de la pandemia de COVID-19 ha transformado la vida del mundo entero a igual escala y sin otro referente similar.
La urgencia de diseñar áreas en hospitales para establecer separación entre las personas enfermas con sospechas de que podrían padecer COVID-19 además de añadir necesariamente la utilización de equipos de protección individual llamados EPI trastocaron los hospitales como nunca antes había ocurrido. Estos equipos de intervención serían y son para cualquier tipo de actuación sanitaria, desde la atención en medicina hasta los cuidados que Enfermería les otorgue.
La totalidad de los profesionales sanitarios y no sanitarios, como es en el caso de los celadores (donde vamos a hablar en este contexto) se involucraron en los cuidados de estos enfermos cuyo número se duplicaba cada día.
Todo el complejo sanitario llegó al límite, llegando a faltar material como respiradores, EPIS, mascarillas e incluso algunos fármacos.
Desarrollo
El celador es el primer contacto con el que el paciente se encuentra, puede ser en el hospital o en un centro de salud, por lo cual se ha de prevenir su contagio y para que esto no suceda y tampoco sea propagado, es imprescindible reforzar las medidas de higiene.
Destacamos las siguientes:
– Lavado de manos, esta será una de las más importantes medidas de prevención de la infección. Realizar esta acción con bastante frecuencia, con agua y jabón, poniendo especial atención entre los dedos y las uñas.
En su defecto, un gel desinfectante con base de alcohol al 60% puede ser su sustitutivo.
– Mascarilla: la utilización de la mascarilla es otra de las pautas totalmente necesaria ya que las personas contagiadas por COVID-19 pueden transmitir el virus antes de saber que son portadoras.
Por conocimiento y sentido común, deberán evitar tocarse los ojos, nariz y boca, que es por donde el virus entra implacablemente en nuestro cuerpo.
Los protocolos de limpieza y desinfección de los sitios y equipos de trabajo son muy importantes a la hora de prevenir.
El personal sanitario y no sanitario, como son los celadores, que atienden a casos de infección por SARS-CoV-2, deben de usar un equipo de protección individual EPI para prevenir la infección transmitida por gotas en forma de aerosol y por contacto.
El EPI consta de bata impermeable, mascarilla, guantes, protección ocular o gafas anti salpicaduras.
Se debe poner antes de entrar en contacto o en proximidad con el enfermo o paciente. Una vez usado se quita dentro de la habitación de aislamiento, excepto la mascarilla, seguida de la correcta higiene de manos.
Los EPI se arrojan a contenedores destinados para ello.
Conclusiones
Cómo las medidas preventivas en la utilización de las EPI’S ya son medidas obligatorias ante la pandemia actual.
Bibliografía
Com.cdn.ampproject.org
Revistamedica.com
Ocronos-editorial científico-técnica.