Autora: Carlota Lucía de la Blanca, Auxiliar Administrativo.
Coautora: Ana Isabel Fernández Álvarez, Auxiliar Administrativo.
Introducción
Se define como residuos sanitarios todos los generados en cualquier establecimiento o servicio en el que se desarrollen actividades de atención a la salud humana. En este sentido, el material sanitario debe considerarse residuo a partir del momento en que su utilidad o manejo clínico se dan definitivamente por concluidos.
Objetivos
- Clasificar los diferentes tipos de residuos peligrosos que existen.
- Medidas para la manipulación de residuos peligrosos sanitarios.
Resultados
Los residuos peligrosos sanitarios se clasifican en:
Clase I son los residuos que se generan fuera de la actividad sanitaria y no precisan medidas especiales en su gestión. Son biorresiduos (de cocina o jardines), y los procedentes de actividades administrativas, de limpieza o mantenimiento.
Clase II son los residuos que se producen por la actividad sanitaria asistencial o de investigación asociada y no pueden considerarse peligrosos. Hay tres tipos: residuos cuya recogida y eliminación no es objeto de requisitos especiales (restos de curas y pequeñas intervenciones, material contaminado ya desinfectado o esterilizado, etc.), los medicamentos desechados y los restos de productos químicos no peligrosos (como azúcares, aminoácidos y sales).
Clase III son los residuos peligrosos de origen sanitario, que conllevan algún riesgo potencial para los trabajadores o el medio ambiente y precisan medidas de gestión específicas. A su vez se subdividen en tres subclases.
- Subclase IIIA: Residuos Biológicos. Son objeto de requisitos especiales con el fin de prevenir infecciones, aunque por su número de microorganismos difícilmente se pueden considerar contaminantes del medio ambiente. En este grupo se incluirían los residuos infecciosos y el material punzante o cortante, entre otros.
- Subclase IIIB: Residuos de Medicamentos Citotóxicos o Citostáticos. Aquí estarían los restos de medicamentos anticancerosos no aptos para su uso terapéutico y a todo aquel material sanitario de un solo uso que haya estado en contacto con el fármaco.
- Subclase IIIC: Residuos Químicos. Su peligrosidad se determina a partir de la peligrosidad de las sustancias químicas presentes en el residuo y su concentración. Son por ejemplo los disolventes halogenados y sus mezclas, las disoluciones acuosas, el revelador para radiografías o los desinfectantes a base de aldehídos.
Clase IV son los residuos peligrosos de origen no sanitario, como pilas, baterías, los tóneres peligrosos, materiales de construcción que contienen sustancias peligrosas, pinturas o barnices.
En la manipulación de los residuos sanitarios se deben adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la protección tanto de los pacientes como de los trabajadores.
Uno de los mayores riesgos en la manipulación de los residuos se produce en su carga y descarga, así como en su transporte por el personal encargado de esa labor. Por ello, se tomarán, entre otras, las siguientes precauciones:
– No sacar las bolsas de su soporte antes de cerrarlas.
– No se harán trasvases de residuos entre envases.
– No comprimir las bolsas de residuos con el pie o con la mano.
– Los envases, especialmente las bolsas de plástico, no deben arrastrarse por el suelo, sino que el carro deberá ser acercado lo máximo posible hasta el lugar de recogida.
– Cuando sean envases perforables (bolsas de plástico), el personal que manipule los envases deberá cogerlos por arriba y mantenerlos suspendidos alejados del cuerpo, a fin de evitar accidentes causados por residuos punzantes o cortantes mal envasados.
– El personal manipulador deberá usar guantes que impidan el contacto directo de la piel con los envases y que protejan de posibles accidentes traumáticos.
Algunos residuos de la clase II poseen potencial infeccioso dentro del centro sanitario, por lo que en su manipulación, se han de guardar las precauciones que eviten los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos.
En la clase IIIA, se ha de tener en cuenta la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo de acuerdo con la normativa vigente.
En el caso de sangre u otros líquidos biológicos, en los que se puede realizar el vertido de los mismos al desagüe, es importante que el vertido se haga con especial precaución, de forma que se eviten al máximo las salpicaduras y la formación de aerosoles.
Por lo tanto, si el recipiente con líquido biológico es difícil de abrir, no se ha de intentar agujerearlo o forzarlo, sino que se ha de eliminar como residuo sanitario específico sólido.
En la clase IIIB se debe tener en cuenta que el personal involucrado en la retirada de estos residuos, debe estar en conocimiento de los riesgos que conlleva su labor y tendrá que estar equipado con los medios técnicos que sean necesarios para su tarea habitual y para los casos de contaminación accidental.
En los hospitales donde se utilicen medicamentos citostáticos debe de haber guías específicas sobre su manejo seguro, para la protección del personal sanitario manipulador.
Existe un protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica para los trabajadores expuestos a agentes citostáticos aprobado por la comisión delegada del Consejo Interterritorial del sistema Nacional de Salud.
En la clase IIIC, los trabajadores deben adoptar las medidas de protección y seguridad establecidas en la normativa referente a los riesgos relacionados con los agentes químicos.
Conclusión
A la hora de manejar estos residuos peligrosos hay adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la protección tanto de los pacientes como de los trabajadores.
Debe implantarse un sistema integral y de carácter universal para lograr mejorar a medio y largo plazo una mejora en la gestión de los residuos sanitarios. Métodos de gestión seguros e inocuos para el medio ambiente, con el objetivo de proteger a las personas implicadas del peligro en los procesos de recogida, manipulación, almacenaje, transporte, tratamiento y eliminación de desechos. Debe fomentarse la minimización, la reutilización, el reciclado y la valorización con el fin de generar el mínimo de residuos, estas son las claves para facilitar su posterior eliminación.
Bibliografía
- https://revistamedica.com/residuos-sanitarios-clasificacion-eliminacion/
- https://tematico8.asturias.es/ export/sites/default/consumo/sanidad Ambiental/sanidad-ambiental-documentos/guia_residuos.pdf.
- http://www.areasaludplasencia. es/wasp/pdfs/7/715001.pdf.