Autores:
Fernando González Sierra
María Francisca Fernández García
Isabel Domenech Solache
Introducción
La limpieza en la cocina de un centro hospitalario es fundamental para que no exista ningún tipo de contaminación entre los alimentos, instrumental y que el ambiente y la convivencia sean los ideales, óptimos para trabajar y no correr riesgos como trabajadores, pero tampoco correr ningún tipo de riesgo de que un enfermo pueda adquirir una infección nosocomial por el mal trabajo desarrollado en la cocina del hospital. Determinadas zonas de la cocina necesitan un mantenimiento y desinfección más exhaustiva para el proceso sea el más adecuado, correcto y seguro posible.
Metodología
Para ello nos basamos en la experiencia diaria en el centro de una cocina hospitalaria y la comparamos y completamos con una consulta en internet de varias fuentes que nos han facilitado y ayudado a realizar el trabajo. La búsqueda se realiza con palabras claves como limpieza, desinfección o cocina hospitalaria. https://hospitecnia.com/documentacion/articulos/cocina-hospitalaria/
Revistacienciacientificasanum.com
Trevall.barcelonativa.cat
Desarrollo
Por tanto, para un correcto trabajo, utilizaremos el GPCH (guía de prácticas correctas de higiene) y sobre todo pondremos nuestro empeño en que esas pautas se practiquen con un adecuado trabajo en equipo.
Algunos ejemplos de pautas a seguir serán: comunicación correcta entre compañeros y tablillas de donde anotar los trabajos realizados y con ello conseguir que no se dupliquen los trabajos y aún más importante que ninguno quede sin hacer.
Conclusiones
Una correcta limpieza en la cocina equivale a una mayor seguridad, tanto de los pacientes, como de los trabajadores, así como una mayor estética de la cocina.
Por ello podemos decir que existen dos tipos de limpieza:
- Rutinaria: día a día
- Terminal: la que se realiza más a fondo y cada cierto tiempo en determinados puntos.
Para realizar estos tipos de limpieza debemos establecer una zonificación y seguir unos principios generales de limpieza establecidos por ley, así como utilizar los envases y productos destinados para cada tarea y sus dosificadores adecuados.
Uno de los principios que debemos seguir y nunca olvidarnos del ya que implica nuestra propia seguridad es el de uso de un equipo individual de protección, dependiendo del producto y el tipo de limpieza que se vaya a hacer utilizaremos uno u otro equipo; por ejemplo, solo guantes, guantes y mascarilla o incluso podemos llegar a usar también gafas protectoras.
Para un correcto mantenimiento debemos diferenciar entre limpieza y desinfección. Ya que la limpieza remueve y elimina la suciedad, incluyendo gérmenes de las superficies, pero la desinfección es mucho más exhaustiva ya que también elimina bacterias y virus. En primer lugar, se debe limpiar las superficies, enseres, etcétera, para luego proceder a su desinfección.
Suelos, paredes, techos, puertas y ventanas, así como la iluminación deben de seguir unas pautas para favorecer la limpieza y el mantenimiento de la cocina.
Los productos usados seguirán unas correctas prescripciones indicadas por el fabricante para que su efecto y seguridad sea el máximo.
Los materiales utilizados para el lavado (cepillos, esponjas…) deberán mantenerse siempre limpios, secos y en perfecto estado.
Bibliografía
https://alcora.es/blog/metodos-de- limpieza-desinfeccion-y- esterilizacion-hospitalaria
https://hospitecnia.com/documentacion/ articulos/cocina-hospitalaria/
https://revistacientificasanum.com