Índice
Autoras:
Josefina Fanjul Sánchez
Candelaria Covadonga Pérez Álvarez
Laudelina Alonso Álvarez
Introducción
La palabra empatía es de origen griego “empátheia” y significa emocionado. Podemos definirla como la capacidad de comprender y percibir los sentimientos y emociones de los demás sintiéndolos como propios. La empatía hace que las personas se ayuden entre sí y está estrechamente relacionada con el altruismo, preocupación y amor por los demás.
Desarrollo
Todos los profesionales sanitarios, con independencia de nuestra categoría, interactuamos constantemente con personas que necesitan ser atendidas y con sus familias. En la actividad asistencial diaria nos encontramos con una gran variedad de personas y realidades.
Los enfermos cuando acuden al sistema sanitario esperan encontrar no solo la ayuda técnica de profesionales, sino también a otras personas capaces de transmitirles seguridad, confianza y respeto en sus decisiones.
En el ámbito sanitario empatizar significa percibir el significado único y especial que cada enfermo tiene con su dolencia, la manera en que la siente, como la entiende y el proceso de su aceptación con la misma.
No existe el gen de la empatía, pero si la disponibilidad para adquirir esa capacidad, de ahí el esfuerzo que los trabajadores sanitarios debemos realizar en comprender realidades de personas que hasta ese momento no conocíamos.
Por tanto, debemos desarrollar la cualidad de la empatía. Varios estudios asocian que a mayor empatía mejores resultados de salud. Es decir, que los profesionales con mayores habilidades empáticas tienen más posibilidades de obtener éxito a la hora de obtener un cambio de comportamiento positivo con un paciente.
Los trabajadores con menos empatía se ha demostrado que son más propensos a sufrir burnout o desgaste profesional que provoca deshumanización, agotamiento emocional y escasa realización profesional, en definitiva, deterior en la salud.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que conectar con el sufrimiento de los demás también tiene sus riesgos y, esta capacidad tan humana, puede verse bloqueada por la ansiedad que generan esos sufrimientos ajenos.
En definitiva, grupos de investigación detectaron que los profesionales con empatía media son los que obtenían mejores resultados en los índices de calidad asistencial, por lo que podríamos decir, que la virtud está en el término medio.
Consideramos importante resaltar algunas características de las personas empáticas:
- Saben escuchar: siempre están dispuestas a escuchar y son buenas conversadoras.
- Comprenden a los demás: comprenden sus sentimientos, emociones e ideas, no solo lo que expresan verbalmente, sino lo que manifiestan con gestos o comportamientos.
- Se identifican con el otro: son capaces de ponerse en el lugar del otro, de entender lo que piensa, siente, le preocupa, le alegra o le entristece.
- Son solidarios: les gusta ayudar a los demás, especialmente ante situaciones de necesidad.
- Son respetuosos: respetan al otro en sus sentimientos, ideas, conductas o decisiones, aunque no estén de acuerdo ni sean de su agrado.
Conclusión
Consideramos que la empatía humaniza el trato con el usuario sanitario y que genera una actitud que demuestra nuestro interés por solucionar sus problemas. Así mismo, permite mantener esta relación en un clima agradable que disminuye nuestra carga mental haciendo más grata nuestra actividad. Y puesto que , como hemos visto, la empatía se puede desarrollar, deberíamos tenerla en cuenta y practicar más esta cualidad en sanidad. Aprendamos a ser empáticos.
Bibliografía
- Humanizar la atención sanitaria. Personas para personas: justicia, transparencia y respeto. Cortés Borra, Albert. Merder (2021).
- El poder de la empatía. Bourret, Mireille. Salterrae (2011).
- La importancia de la empatía en las ciencias de la salud. Pérez Silva, Miguel. Blocs.Umanresacat (2014).
- Inteligencia emocional. Goleman, Daniel. Kairós (1996).