Autores: Eva Poladura Solares; Isabel Rodríguez Méndez; Iván Fernández López

Introducción
La muerte súbita es un problema sanitario de primera magnitud, representa un 15% de todas las muertes. Los programas de acceso público a la desfibrilación han permitido la supervivencia de muchos ciudadanos. Unas sencillas pautas de actuación ante una persona inconsciente pueden ayudarnos a salvar una vida.
Podemos definir a un desfibrilador como un dispositivo capaz de administrar una descarga eléctrica al corazón, a través de la pared torácica. Cuenta con sensores integrados que se encargan de analizar el ritmo cardíaco de la persona, así como determinar cuándo es necesario proceder a la desfibrilación y administrar la descarga en el nivel de intensidad necesario.
Objetivos
Informar de los distintos tipos de desfibriladores externos y nivel de formación necesario para utilizarlos.
Analizar las situaciones en las que es necesario el uso de un desfibrilador.
Metodología
Búsqueda en Internet con las palabras clave, información sobre los distintos dispositivos externos y forma de utilización de cada uno.
Resultados
Comprobar que existe parada cardiorrespiratoria: comprobar pérdida de conocimiento, desmayo, ausencia de movimientos, respuesta a estímulos físicos. Si no se nota movimiento del tórax ni respiración:
AVISAR AL 112 para informar de la posible parada, y recibir instrucciones
Maniobra frente-mentón: Para despejar la vía aérea
RCP manual: 30 compresiones / 2 ventilaciones.
Compresiones torácicas a un ritmo de entre 100 y 120 por minuto, con profundidad de 4-5 cm, en el centro del pecho.
Desfibriladores
DESA: Desfibrilador semiautomático. Seguir las instrucciones facilitadas con el dispositivo.
DEA: Desfibrilador automático. Seguir las instrucciones facilitadas con el dispositivo.
Conclusiones
Los desfibriladores externos, son herramientas muy útiles para evitar muertes por paradas cardiorrespiratorias, siempre que se utilicen de forma correcta y tras el análisis por parte de quien va a hacer uso de él, de su necesidad.
No sustituyen a la RCP manual.
Muchos espacios públicos en los que se pueden dar aglomeraciones de personas, disponen ya de este tipo de dispositivos señalizados.