Autora: Carlota Lucía De La Blanca, Aux.Adm.
Coautora: Ana Isabel Fernández Álvarez, Aux.Adm.
Introducción
Los seres vivos pueden ser atacados por agentes causantes de enfermedades, hasta el ser vivo más pequeño del mundo, las bacterias, tienen sistemas de defensa contra los virus. Un organismo cuanto más complejo es más sofisticado es su protección.
Al conjunto de esta protección se le conoce como sistema inmunológico que es esencial para la supervivencia del ser humano en un mundo lleno de microbios potencialmente peligrosos, y un deterioro grave de este sistema puede hacernos susceptibles a infecciones graves que ponen en peligro la vida.
Metodología
Para la elaboración del presente poster, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica sobre la literatura científica existente.
Resultados
Un patógeno es un organismo o virus que es capaz de producir una enfermedad, pueden ser bacterias, protozoos, hongos y diversos tipos de gusanos. Pero la exposición a la inmensa mayoría de estos patógenos no implica que se vaya a desarrollar una enfermedad. Ya que estamos defendidos por unas barreras que evitan que entren a nuestro cuerpo y si lo hacen, hemos fomentado otras defensas contra ellos.
La mayoría de los antibióticos que son comercializados o que están en fase avanzada de desarrollo clínico actúan inhibiendo procesos metabólicos esenciales para las bacterias como son la síntesis de la pared, las proteínas y los ácidos nucleicos, o determinan la desestructuración de las membranas lipídicas que las separan del entorno.
Todo esto nos da una explicación de por qué los antibióticos no actúan contra los virus, debido a que éstos utilizan su información para utilizar los mecanismos de las células y replicar nuevos virus. Para poder interrumpir este proceso habría que interferir en nuestro metabolismo eucariota y como los antibióticos solo interfieren en el metabolismo de células procariotas no afectan a los virus.
Por otro lado, hay muchas bacterias que desarrollan una resistencia a los antibióticos usando varias estrategias:
- Mutación del receptor. Si el receptor cambia, tras una mutación, impide la vinculación del antibiótico.
- Modificación del antibiótico. Numerosas cepas resistentes fabrican una enzima que modifica la molécula del antibiótico.
- Impermeabilidad de la bacteria. La bacteria cierra sus poros, el antibiótico no puede entrar.
- Expulsión del antibiótico. Algunas bacterias son capaces de rechazar los antibióticos por aspiración fuera de la célula.
El sistema inmunitario está comprendido por numerosas estructuras, órganos y células que se distribuyen por todo el cuerpo y nos protege contra las agresiones de los patógenos. Esta defensa del organismo se clasifica en dos tipos, la inmunidad innata y la adquirida.
La inmunidad innata está constituida por una serie de estructuras y mecanismos que forman parte de la constitución del individuo. Estos mecanismos son inespecíficos, no dependen de la exposición previa del individuo a los patógenos y nos defienden de cualquier invasor. Esta inmunidad son las barreras mecánicas y químicas, la respuesta inflamatoria y el sistema del complemento.
En cambio, los mecanismos de la inmunidad adquirida son específicos ya que se ponen en marcha cuando se tiene el primer contacto con el patógeno y protegen frente a futuros encuentros con el mismo.
El cuerpo cuando se infecta con un patógeno produce anticuerpos que se unen con los antígenos para ayudar a eliminar el patógeno. Esta unión se aprovecha para el desarrollo de diagnósticos basados en anticuerpos y antígenos como los que usamos para EL COVID-19.
Estas pruebas nos informan de si una persona ha estado expuesta a una infección mediante la detección de anticuerpos en su sangre o suero. Estas pruebas nos pueden ayudar a rastrear la propagación de la enfermedad, identificar a aquellos a quienes se debe priorizar para vacunar y destacar a los donantes potenciales para la terapia de plasma convaleciente.
El papel de los antígenos en las vacunas es que estimulan a los linfocitos B a responder produciendo células plasmáticas que segregan anticuerpos específicos de la enfermedad es la respuesta primaria. Muchas de estas células se convertirán en células de memoria y reconocerán en una exposición futura la enfermedad, lo cual dará una respuesta más rápida e intensa de anticuerpos que eliminarán la enfermedad al unirse a los antígenos, esto es la respuesta secundaria.
Conclusión
Para protegernos de muchas enfermedades necesitamos tener vacunas ya que estas enfermedades pueden ser muy graves, por lo que la única manera de estar seguros es obtener la inmunidad a partir de una vacuna antes que contraer la afección. Éstas no solo nos protegen, sino que protegen a todas las personas que nos rodean a partir de la inmunidad comunitaria o colectiva.
Por lo general, los microbios viajan más rápido a través de una comunidad y hacer enfermar a muchas personas que si son suficientes puede provocar un brote. Pero si hay bastantes personas vacunadas contra una determinada afección, es más difícil que esa enfermedad se transmita a otras personas.
Este tipo de protección significa que es menos probable que toda la comunidad contraiga la enfermedad. Además es especialmente importante porque hay ciertas personas que no pueden recibir ciertas vacunas por ser alérgicos, tener un sistema inmunitario debilitado o bebés recién nacidos que son demasiados pequeños para recibir inmunizaciones. Por lo tanto, la inmunidad comunitaria puede ayudar a protegernos a todos.
Bibliografía
- El sistema inmunológico humano y las enfermedades infecciosas. Disponible en: https://www.historyof vaccines.org/index.php/es/ contenido/articulos/el-sistema-inmunológico -humano-y-las-enfermedades-infecciosa
- Defensa contra la infección. Disponible en: https://www.msdmanuals.com/es-es/ hogar/infecciones/biolog%C3% ADa-de-las-enfermedades-infecciosas/defensas-contra -la-infecci%C3%B3n
- Defensa contra las enfermedades infecciosas. Disponible en: https://es.slideshare. net/josemanuel7160/63-y- 111-defensa-contra-las-enfermedades -infecciosas-22081426