Índice
Primera Autora: María Consuelo Vázquez Gómez
Segunda Autora: María Isabel Álvarez Dos Santos
Tercera Autora: María Dolores Cabeza Vega
Introducción
En este trabajo vamos a describir tanto los recursos materiales necesarios, como el protocolo de actuación, describiendo los procedimientos a seguir.
Desarrollo
Antes de describir los cuidados, propiamente dichos, vamos a nombrar los “signos de muerte cierta“: inmovilidad, frialdad, midriasis, arreflexia, apnea, ausencia de pulso, electrocardiograma (ECG) y electroencefalograma (EEG) planos.
Cuando el médico certifica la muerte del paciente, se inician, por parte del personal de Enfermería, una serie de maniobras o cuidados necesarios para preparar al difunto, con vistas a su posterior traslado al lugar adecuado.
Estos lugares podrían ser:
- El velatorio del hospital o residencia geriátrica;
- Un tanatorio externo a la Institución;
- El Instituto Anatómico Forense, si se va a realizar una autopsia por mandato judicial;
- El Quirófano, si media una donación de órganos;
- A otros lugares, como el domicilio familiar, una cámara frigorífica, etc.
Material necesario
– Una sábana grande o sudario y una sábana normal. En algunos casos se utiliza la ropa que aportan los familiares.
- Toallas.
- Vendas normales de 5 x 5 o 10 x 5.
- Algodón.
- Esparadrapo ancho, de tela.
- Pinzas de Kocher y tijeras.
- Palangana con agua.
- Jabón germicida.
- Esponja.
- Empapador.
- Solución salina.
- Peine o cepillo.
- Bolsa de plástico para la ropa sucia.
- Bolsa de plástico o cubo para el material desechable.
- Contenedor, sobre o bolsa, para guardar los enseres personales y entregárselos a la familia.
- Una camilla.
- Etiquetas, bolígrafo.
- Ropa para el auxiliar: guantes, bata, mascarilla y gorro para evitar posibles contagios.
Protocolo de actuación
Nos pondremos la bata, el gorro, la mascarilla y los guantes. Retiraremos todas las pertenencias del fallecido y ponerlas en una bolsa de plástico, con su identificación, para entregarlas a sus familiares. Bajaremos la cama y retiraremos las almohadas, excepto la de la cabeza, para evitar estancamiento de sangre. Pondremos, entonces, el cuerpo en posición supino, alineado y con las piernas estiradas, moviendo el cuerpo con suavidad, para evitar equimosis.
Realizaremos, ahora, la higiene de todo el cuerpo y, especialmente de la cavidad bucal, limpiando los dientes y las encías. Taponaremos con algodón, con ayuda de unas pinzas, todos los orificios naturales: boca, fosas nasales, oídos, recto y, en la mujer, vagina. Colocaremos las prótesis dentales en la boca y se la cerraremos. Si la boca no permanece cerrada, la sujetaremos con una venda colocada bajo el mentón, anudándola en la cabeza. Le cerraremos los ojos, aplicando una ligera presión con las yemas de los dedos o colocaremos una torunda de algodón húmedo sobre ellos. Le peinamos el cabello.
Pondremos sus brazos cruzados sobre su pecho, atando las muñecas y los tobillos con vendas o esparadrapo, y colocaremos la identificación del fallecido en los tobillos sujeta con tela adhesiva.
Finalmente, colocaremos el cadáver sobre la mortaja o la sábana, poniendo previamente un empapador debajo de la zona glútea. Cubrimos el cuerpo con la mortaja o sábana dejando visible la cara y doblando la parte superior en forma de toga. Envolver el resto del cuerpo procurando que el doblez quede a un lado, sujetando con esparadrapo los codos a la altura de la cintura, los tobillos y debajo de las rodillas. Volveremos a colocar la identificación del fallecido en el exterior, a la altura de la cintura o de los tobillos. Pasaremos el cuerpo a una camilla y lo cubriremos totalmente con otra sábana y de esta manera desplazarlo desde la habitación al mortuorio.
Cerraremos la puerta de todas las habitaciones para que el celador realice el traslado discretamente. Entregaremos la bolsa con todas las pertenencias del fallecido a su familia, anotando artículos entregados y persona que lo recibe en bolsa de plástico identificable. Retiraremos toda la ropa de la cama y la colocaremos en bolsas para su envío a lavandería. Tiraremos en bolsas todos los productos que sean desechables y retiraremos todos los utensilios o aparatos, para realizar la limpieza y desinfección de la habitación. Registraremos en la Historia Clínica todos los datos de interés (hora de deceso, facultativo que lo certificó, etc.).
Conclusión
Es, por todo lo expuesto, esencial la figura del TCAE, tanto en la preparación del material, como en el protocolo a seguir. Si además tenemos en cuenta que son momentos muy difíciles para la familia, compañero-a de habitación…. que nosotros desempeñemos nuestro trabajo con la mayor profesionalidad y empatía hará que todo sea un poco menos difícil.
Bibliografías
- EBEP, Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
- Estatuto del Personal Sanitario no facultativo de la Seguridad Social, de 26 de abril de 1973.
- Técnicas Básicas de Enfermería (Editex).
- Auxiliar de Enfermería (Mc Graw Hill Education).
- Apuntes Oposición TCAE.