Autores: Beatriz Sánchez Rozada, Natividad Miguel López, María Montserrat Abad Rodríguez
Categoría profesional: personal no sanitario

Se llama contaminación acústica (contaminación sonora) al exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en un centro de trabajo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). Este ruido no se acumula, pero sí se traslada o perdura en el tiempo, causando graves daños en las calidades de vida del personal no sanitario si no se controla de forma adecuada. La contaminación acústica es un grave problema en cualquier centro de trabajo, pero en un hospital o centro de salud aún más, ya que influye en la salud del paciente, además de en la del personal no sanitario.
Identificar el ruido que se produce en los centros de salud y hospitales para aliviar el estrés y el burn-out entre el personal no sanitario.
Revisión de literatura científica en páginas de Internet, como Cochrane y Google académico, utilizando las palabras clave ruido salud hospital contaminación acústica paciente.
El ruido producido en centros sanitarios procede mayormente del habla humana. En los cambios de turno, es cuando más contaminación acústica existe, además de la la hora punta de ocupación y en rondas de medicina. Las conversaciones con el móvil, el sonido de la risa, los sistemas aire acondicionado además de los dispositivos eléctricos, dificultan la comunicación entre el personal no sanitario y el usuario o paciente, que para hacerse oír podrían necesitar hablar más alto, interrumpiendo el correcto ritmo de trabajo.
Ventanas y puertas, carros de limpieza o de cocina, también los equipos de rayos X, el traslado de pacientes o los sonidos de las zonas de descanso, o el sonido de los grifos de lavabos, o el de las tapas cubos basura, por ejemplo, provocan que el personal no sanitario se estrese y se canse en el centro de trabajo.
El ruido actúa en el aspecto psicológico del personal no sanitario, afectando en sus relaciones de trabajo, ya sea entre sus compañeros o hacia el paciente. El ruido podría afectar a la capacidad de concentración del personal no sanitario e influir en el progreso de recuperación del paciente, o interrumpir la comunicación con el usuario, lo que al tiempo puede provocar bajo rendimiento.
La solución será proteger determinadas zonas de los centros sanitarios del ruido para una óptima jornada de trabajo, y establecer normativas que contemplen medidas preventivas y correctivas en cuanto a la contaminación acústica y sonora.