Índice
Autores:
Juan Carlos Corral Muga- Ayudante de Servicio
Alonso Corral Muñoz- Ayudante de Servicio
Gloria Álvarez García- Ayudante de Servicio
Introducción
¡Qué desperdicio de comida! Frase inspiradora de esta comunicación y sistemáticamente repetida en al ámbito de la cocina de muchos hospitales en el momento de eliminar los sobrantes de los menús que llegan procedentes de las plantas de hospitalización a la línea de desbarasado, en ocasiones incluso intactos y que no se aprovechan por protocolos de seguridad alimentaria, lo que nos lleva a tomar conciencia de cómo podemos, sino eliminar, al menos reducir el desperdicio alimentario en nuestros hospitales.
¿Qué se puede hacer o qué iniciativas se pueden tomar al respecto?
Objetivos
En primer lugar, tomar conciencia de la problemática del desperdicio a nivel social, económico y medioambiental y una vez seamos conscientes de sus consecuencias, podremos tener más elementos para poder elaborar alternativas, iniciativas o soluciones. Solo siendo conscientes de lo que tiramos y los perjuicios que ello ocasiona…
Metodología
Una parte importante de nuestros ingresos va destinado a nuestra alimentación y aún es mayor si queremos que esta sea de calidad, somos conscientes de que no nos ha quedado más remedio que aprender a administrar nuestros recursos si queremos llegar a fin de mes: hipoteca, ropa, impuestos, imprevistos, algún café y por supuesto nuestra alimentación, pero cuando nuestras necesidades aumentan ( más miembros en la familia, más gastos) por muy bien que administremos nuestros recursos, estos no llegan, no se pueden estirar más, entonces hemos vuelto a aprender que existen
fórmulas para optimizar lo que ya tenemos (aparte de quitarnos el café) nos sentamos y pensamos, ¿Cómo podemos reducir gastos sin renunciar a las cosas esenciales? salud, educación, alimentación… y empiezan a surgir ideas, iniciativas, gestos que hacen que nuestra calidad de vida sea mejor; a veces un simple gesto como apagar una luz innecesaria o cerrar un grifo supone a final de mes un ahorro en nuestra factura, pero además nos convierte en personas solidarias con el medio ambiente y combatimos el cambio climático. También hemos aprendido a hacer una compra inteligente y planificada para evitar comprar cosas innecesarias o comprar de más, con lo cual ahorramos, no excedemos los límites de caducidad de los alimentos y generamos menos desperdicio.
Con iniciativas como estas hemos conseguido que nuestros recursos sean más “eficientes”, es decir, “con lo mismo tenemos más”.
Entonces, si consideramos que el concepto de “eficiencia” es extrapolable a cualquier ámbito de nuestra sociedad, reducir el desperdicio generado en nuestros hospitales a través de la implantación de determinadas iniciativas que hagan más eficientes todos los departamentos implicados en el servicio de alimentación, es posible.
Evidentemente gestionar con eficiencia la alimentación de una institución hospitalaria no es tarea fácil, y requiere en primer lugar una buena labor de concienciación de todos los departamentos implicados en el ciclo alimentario; sin olvidarnos de los destinatarios a quienes van dirigidos todos nuestros esfuerzos, los pacientes hospitalizados, con quienes debemos establecer y mantener una línea de comunicación fluida que nos permitirá avanzar con seguridad en nuestro objetivo.
La primera y más eficaz medida, sin lugar a dudas, que debemos tomar es “no generar el problema”, pero si es inevitable, el siguiente paso sería tomar iniciativas para reducirlo, por último, debemos evitar que los recursos dedicados a la gestión de los residuos se empleen en su eliminación en vertederos y sí en su transformación en recursos y bienes de utilidad.
Y ahora ¿Qué iniciativas podemos tomar para poder evitar o minimizar el desperdicio?
- Mejorar los protocolos de comunicación
En primer lugar, es de suma importancia la realización de encuestas de satisfacción del paciente de forma sistemática para mantener una vía de comunicación abierta y directa entre plantas y cocina, lo que nos proporcionará una información fidedigna que podremos utilizar como eficaz herramienta en la corrección de deficiencias, temperatura de los menús, escasez o demasía, deficiente presentación etc., a este respecto se han tomado algunas iniciativas interesantes como la posibilidad de la elección del menú, con la que se ha constatado una disminución considerable del desperdicio.
- Mejorar la logística de compras
Realizando unos pedidos de materia prima eficientes, basados en productos de calidad, proximidad, de temporada, etc. en cantidades adecuadas para no generar desperdicio, de esta forma ofreceremos una alimentación de calidad y contribuiremos a la mejora medioambiental.
- Evitar errores organizativos
Para no realizar más elaboraciones de las necesarias, de esta forma contendremos el gasto, reduciremos el consumo energético, el desperdicio y seguiremos siendo solidarios con el medio ambiente.
- Invertir en tecnología
En la medida de lo posible una partida presupuestaria debería ir destinada a la mejora de los sistemas de producción y distribución. Aunque inicialmente supone un importante esfuerzo económico, las ventajas de adquirir nuevos sistemas de producción y distribución más eficientes se hacen patentes a corto plazo a todos los niveles, organizativos, productivos, eficiencia energética, de satisfacción del paciente etc., por ello es muy recomendable tener este punto en cuenta.
Resultados
Habremos conseguido una reducción del desperdicio al igual que una gestión sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Conclusiones
Debemos tomar conciencia de la problemática del desperdicio hospitalario que afecta no solo a la institución en sí sino a nivel social, económico y medioambiental. Resulta imprescindible adquirir iniciativas de reducción y gestión comprometidas para su minimización y transformación, aunque como he mencionado anteriormente la principal es “no generar el problema” y para ello es imprescindible la formación a todos los niveles, pacientes, personal y gerencia.
La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos dice que, un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician.
Según el informe de la (FAO) “el estado mundial de la agricultura y la alimentación “, en muchas ocasiones el desperdicio se ocasiona no tanto a nivel del consumidor sino como resultado de una mala gestión de los recursos
en el momento de la comercialización, almacenamiento y manipulación que acorta su vida útil.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático está provocando ya, más de 140.000 muertes adicionales cada año.
Y para concluir me gustaría hacerlo con una frase para la reflexión:
“Se desperdicia más comida en el mundo de la que podrían consumir todas las personas hambrientas”
Tristram Stuart
Bibliografía
- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
- Red Global de Hospitales Verdes y Saludables
- Organización Mundial de la Salud (OMS)