Autor: David Álvarez Fidalgo Categoría: Celador
El síndrome de burnout o síndrome de estar quemado, es un síndrome con características similares al estrés que aparece principalmente en profesionales que desempeñan labores de ayuda y atención, manteniendo un contacto constante y directo con el usuario, por lo que el personal de instituciones sanitarias es uno de los más afectados por el mismo.
Además, desde el inicio de la pandemia de COVID19, las situaciones y el estrés al que ha estado sometido el personal de las instituciones sanitarias en general ha sido muy superior al habitual, que ya de por sí se encontraba en niveles elevados respecto a profesionales de otros ámbitos.
En este sentido, algunos estudios arrojan datos preocupantes, entre los que podemos destacar que el 25% del personal sanitario se ha planteado buscar asistencia psicológica después de la pandemia o que un 23% considera su estado de salud posterior a la crisis sanitaria como malo. No hemos encontrado estudios similares respecto al personal no sanitario, pero para el caso de trabajadores de primera línea como el caso del celador de UCI los datos han de ser similares.
Ya que entre los factores que facilitan la aparición del síndrome está nuestra incapacidad para reconocerlo, realizaremos una breve exposición de sus síntomas, causas, consecuencias y formas de prevenirlo.
Las causas pueden ser variadas, pero podríamos citar entre las principales la carga de trabajo, el aislamiento social y el desempeño laboral en un contexto que requiere nuevas habilidades. Estas 3 causas pueden encontrarse entre las desencadenantes de la situación de estrés actual entre el personal sanitario y no sanitario debido a la COVID-19. Además de ellas, podríamos señalar otras como los conflictos en el trabajo o el desequilibrio entre la vida social, personal y laboral.
Atendiendo a los síntomas podemos agruparlos en tres categorías (personal, social y laboral). A nivel personal se manifiesta a través de la ausencia de energía y entusiasmo. A nivel social nuestras relaciones interpersonales empeoran desarrollándose actitudes negativas hacia los compañeros. Por último, a nivel laboral tiene lugar una baja autoestima y una incapacidad de afrontar la presión.
Una de las formas de prevenirlo es precisamente no evitar afrontar el problema y tratar de identificar su causa y estrategias para confrontarlo. Otras de las medidas a tomar serían las siguientes:
- Mantener un estilo de vida saludable mediante una buena alimentación, realizar ejercicio físico periódicamente…
- Satisfacción en el lugar de trabajo. Evidentemente este punto es uno de los que más escapa a nuestro control, pero a pesar de ello, debemos tratar de focalizar en los aspectos positivos de nuestro trabajo y de nuestras relaciones personales en el mismo.
- Comunicación. Evidentemente otro de los puntos claves. A través de una comunicación asertiva conseguiremos expresar nuestros sentimientos y deseos, permitiéndonos tener un mayor control sobre el entorno y sobre nosotros mismos. Además, con esta manera de comunicarnos, mejoramos nuestras relaciones interpersonales.
- Desarrollo de habilidades profesionales. Debemos tratar de evitar quedarnos estancados en nuestro trabajo. Desarrollando y mejorando nuestras habilidades dentro del mismo logramos sentirnos más realizados y evitamos uno de los factores causantes principales, la falta de realización personal.
En conclusión, atendiendo a los resultados de los recientes informes sobre burnout entre trabajadores de instituciones sanitarias y teniendo en cuenta que las consecuencias afectan negativamente tanto al sujeto que las padece (alteraciones psicosomáticas, ansiedad, depresión…), como a la institución donde trabaja (bajas laborales, disminución del rendimiento…), no deben descuidar ni trabajadores ni organización la vigilancia de los síntomas. Por último, debe de fomentarse entre el colectivo, hábitos y uso de herramientas para prevenirlo.