Autores: José González Novoa (celador). Susana Menéndez Blanco (celadora). Rosa Ana Fernández Piecho (celadora).
Introducción
En España, en los últimos cinco años, los politraumatismos suponen la primera causa de muerte entre la población menor de cuarenta años.
Entre las causas más comunes que generan los politraumatismos, en orden de importancia, destacan las caídas, las precipitaciones, los accidentes de tráfico, los accidentes laborales y la violencia de género.
El paciente politraumatizado es aquel que presenta un traumatismo múltiple y/o afección de varios órganos, como resultado le puede provocar secuelas o discapacidades que comprometan su vida.
La evolución de estos pacientes depende de la intensidad del traumatismo, de la reserva fisiológica del paciente y de los cuidados administrados.
Objetivos
Distinguir las diversas necesidades de un paciente politraumatizado en las unidades de cuidados intensivos de un establecimiento hospitalario para enmarcar la atención de los celadores con esta tipología de enfermos críticos.
Metodología
Se ha realizado una búsqueda en internet sobre nuestro tema de estudio, entre los descriptores que hemos escogido están: politraumatizado, técnicas de transferencia, movilización y celador. De las páginas consultadas destacamos la de www.navarra.es por su exposición didáctica y exportable a la práctica de los celadores en las instalaciones hospitalarias.
Resultados
La supervivencia de un paciente politraumatizado precisa de una atención inicial basada en una evaluación y tratamiento inmediato, desde el servicio de urgencias pasando por emergencias extrahospitalarias hasta que ingresa en la UCI. Para ello, es imprescindible la coordinación del equipo interdisciplinar que participa en esta unidad asistencial.
Los pacientes politraumatizados debido a su estado crítico requieren de unas técnicas de movilización adecuadas para evitar agravar sus lesiones o generar otras nuevas, los celadores deben conocer como colocar a los enfermos en la posición idónea y la manera más adecuada para desplazarlos (de camilla a cama, de cama a silla de ruedas, etc.) manteniendo el cuerpo bien alineado respecto al tronco. Igualmente, en la zona cabeza-cuello-columna se evitarán los movimientos laterales, de flexión y de extensión.
Los celadores también deben inmovilizar al paciente, siguiendo las indicaciones de los facultativos (parcial o total; permanente o temporal). Para ello, cuentan con diferentes dispositivos collarines, férulas (semirrígidas, de tracción, neumáticas, vacío), colchón vacío, camilla de cuchara, etc.
Antes de realizar un cambio postural, aseo o cuidado de Enfermería es preciso despejar la zona donde se va a realizar, seguir las indicaciones de higiene postural (espalda recta, piernas semiflexionados, priorizar el uso de los músculos mayores, acercar la carga al cuerpo, deslizar y empujar, etc.) y solicitar la ayuda de los compañeros, en este caso, es aconsejable realizar la maniobra entre cuatro personas: una sujetará la cabeza y dirigirá la maniobra, la segunda se encargará del tórax y el tronco; el tercero controlará la zona de las piernas y, el cuarto, colocará las almohadas para inmovilizar al paciente.
Conclusión
Es necesario dotar a las Unidades de Cuidados Intensivos de los centros hospitalarios de los recursos humanos y materiales necesarios para asegurar los cuidados de Enfermería que requieren los enfermos politraumatizados hasta su recuperación.
Por su parte los celadores, como parte integrante de un equipo multidisciplinar, deberían reflexionar sobre el valor que aporta al rendimiento del grupo controlar las diversas técnicas, los dispositivos y materiales que dispone el hospital para movilizar e inmovilizar a los pacientes politraumatizados.