Nuria Llana Collado
María Paz Soto González
María Esther Fernández Menéndez
INTRODUCCIÓN
Entre los ámbitos de vida saludable figura la higiene adecuada de las personas. La higiene tiene como base para su desarrollo una evaluación adecuada y la existencia de los medios necesarios para llevarlo a cabo. En las personas enfermas la higiene supone una importancia esencial en cuanto pasa a depender del grado de invalidez o de las capacidades para realizarla.
OBJETIVOS
La higiene es una suma de procesos que permite una mejor defensa de la piel contra las enfermedades. Sin una buena higiene personal, la enfermedad es más grave ya que el organismo se hace más resistente. En la persona enferma la higiene debe hacerse más minuciosamente que en un paciente sano.
METODOLOGÍA
Legislación vigente del Estatuto del Personal No Sanitario, referente a funciones del celador.
RESULTADOS
– Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor.
– Estimular la circulación sanguínea, al estar encamado disminuye el riego sanguíneo.
– Reducir la temperatura corporal en caso de fiebre, si se realiza dicho aseo con agua fría.
– Refrescar al paciente, para que sienta sensación de confort y bienestar aumentando su autoestima.
CONCLUSIONES
La función del Celador ante el aseo del paciente es ayudar al auxiliar a realizar la higiene. Además excepcionalmente lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no puedan realizarlo ellos mismos, atendiendo a las indicaciones de los Supervisores de la planta o personas que los sustituyan. Para ello es importante que el Celador conozca los tipos de aseo y la forma de realizarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Manual del Celador Oposiciones. EDITORIAL MAD.